Tokio. Dos días después de la caída del “rey Uchimura” en la ronda de clasificación, Japón vivió ayer una nueva decepción en la gimnasia artística masculina de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuando Rusia le arrebató el título por equipos, algo que no ocurría desde hace 25 años.
Los europeos, que compiten bajo el nombre de Comité Olímpico Ruso (ROC) por las sanciones a ese país tras descubrirse un vasto escándalo de corrupción, habían subido al primer escalón del podio por última vez en Atlanta 1996.
No obstante, la victoria de los rusos no puede considerarse una sorpresa, porque ya se habían impuesto en el Mundial de 2019.
Rusia terminó con 262.500 puntos y Japón con unas pocas décimas menos, 262.397. China fue tercera con 261.894 unidades, ganando el bronce por delante de Gran Bretaña.
Estados Unidos, cuyo equipo femenino, liderado por la estelar Simone Biles, genera muchas expectativas en el concurso por equipos de este martes, terminó quinto.
Lo que se esperaba fuera una batalla apretada y tensa entre los defensores del título, Japón, Rusia y China, fue exactamente eso, ya que las tres potencias se intercambiaron los puestos de vanguardia a lo largo de las seis rotaciones.
Los anfitriones, que el sábado ya habían vivido una gran decepción con su estrella Kohei Uchimura, cedieron su corona olímpica, conquistada en Río 2016, cuando batieron precisamente a los rusos.
Uchimura, doble campeón olímpico del concurso general que no se clasificó para la final de la barra fija (único aparato en el que estaba inscrito al estar mermado por una lesión en el hombro), ya no formaba parte de la renovada plantilla que el equipo del Sol Naciente presentó en Tokio 2020.
Comandado por Daiki Hashimoto, brillante en las clasificaciones, Japón comenzó bien la competición en suelo y era líder en esta prueba en la que cada equipo suma la puntuación de tres integrantes en los seis aparatos de la gimnasia masculina (suelo, caballo con arcos, anillos, salto, barras paralelas y barra fija).
Pero los rusos tomaron la delantera tras la segunda rotación, en la que descollaron en los anillos, y finalmente se quedaron con la victoria después de que Nikita Nagornyy, campeón de Europa del concurso general la pasada primavera y el último atleta en competir, realizara una rutina de suelo llena de precisión para conseguir una nota de 14.966 y asegurar la victoria de su equipo por sólo 0.103 puntos sobre la nación anfitriona.
China había llegado a la última rotación encabezando la clasificación por 0.604 puntos, pero terminó con el bronce por segunda vez consecutiva.
En la lucha por las medallas se enfrentaron de nuevo rivales conocidos, pues Japón, Rusia y China han ganado todos los oros masculinos por equipos desde Helsinki 1952, con la excepción de Los Ángeles 1984, donde Estados Unidos se quedó con el máximo galardón.
Pero pocos enfrentamientos han tenido el dramatismo que llenó el Centro de Gimnasia Ariake, sin espectadores debido a las restricciones del Covid-19.
A lo largo de tres de las seis rotaciones, el ROC parecía encaminado a una victoria tras haber conseguido una ventaja de 2.6 puntos sobre Japón, y una floja actuación de Daiki Hashimoto en los anillos hizo mucho daño a la nación anfitriona, después de que obtuviera sólo 13.833.
En la siguiente hora, la diferencia se redujo y cuando los equipos subieron a su último aparato, todo estaba en juego.
Japón, tercero en su última prueba, aumentó la presión cuando Hashimoto compensó su débil esfuerzo en los anillos con una deslumbrante exhibición en la barra horizontal que le valió una nota de 15.100.
Este resultado hizo que los anfitriones superaran a China y se pusieran en cabeza mientras Nagornyy esperaba en el borde del escenario su turno para competir en el ejercicio de suelo.
Realizó su rutina y luego se unió a sus compañeros de equipo Artur Dalaloyan, Denis Abliazin y David Belyavskiy para mirar nerviosamente el marcador mientras China y Japón hacían lo mismo.
Cuando el marcador apareció por fin en el tablero, las emociones que el cuarteto ruso había intentado contener estallaron en lágrimas y alegría, señal de la importancia de recuperar un título tan deseado en uno de los países que son potencia en este deporte.
AFP y Reuters