Tokio. Miles de voluntarios y responsables olímpicos comenzaron su vacunación este viernes en Tokio, a poco más de un mes para el comienzo de los Juegos, mientras algunos expertos insisten en que la opción de celebrar la cita sin espectadores sería la más segura.
La organización de Tokio 2020 ultima los detalles antes de la ceremonia de inauguración prevista el 23 de julio. Su objetivo es pulir las reglas anti-covid que regirán durante la competición y vacunar al máximo número de participantes.
Además deberá decidir, normalmente el lunes, sobre la presencia o no de espectadores locales en las gradas y en qué número. El público procedente del extranjero ya tiene prohibido el acceso a los Juegos por primera vez en la historia olímpica.
«Organizar los Juegos sin espectadores es un mejor medio de controlar el riesgo. Pero mientras tengamos espectadores que se esfuerzan por asistir, intentaremos satisfacerlos y limitar los riegos», señaló este viernes en rueda de prensa el presidente del comité de organización Seiko Hashimoto.
«Nuestra misión es buscar la mejor manera de lograrlo. Si las circunstancias son muy desfavorables, tendríamos que renunciar a tener espectadores y podría ser en el último momento», añadió.
Hasta 40.000 inmunizados
Los deportistas japoneses ya han comenzado a vacunarse, pero el programa se extendió el viernes al personal olímpico, a los voluntarios y a otras personas que estarán junto a los atletas extranjeros.
El Comité Olímpico Internacional (COI) donó dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech para 40.000 personas, entre ellos el personal del aeropuerto, los periodistas locales y los árbitros olímpicos.
Estas dosis son distintas a las que se utilizan para la campaña nacional en Japón, que ha acelerado en las últimas semanas, con más del 6% de la población completamente vacunada.
La organización de los Juegos intenta convencer al público japonés sobre la seguridad del gran acontecimiento deportivo mundial.
El primer ministro japonés Yoshihide Suko recordó el jueves que los partidos de béisbol y fútbol han continuado con un número limitado de espectadores durante el estado de urgencia detectándose «pocos focos» de contagios.
Pero añadió que las medidas podrían reforzarse si la situación empeora. «Si hay señales de que el sistema médico hace frente a duras pruebas por una nueva expansión de las infecciones, reaccionaremos de manera flexible, reforzando las medidas», explicó en rueda de prensa.
Nuevas orientaciones sanitarias divulgadas esta semana advierten a los atletas que podrían ser expulsados de los Juegos si violan requisitos como llevar mascarilla o someterse a pruebas diarias.
Los organizadores anunciaron que alrededor del 80% de los atletas participantes serán vacunados y que no podrán interactuar con el público japonés.
El archipiélago japonés ha estado menos afectado por la pandemia que otras grandes potencias, con 14.000 muertos ligados al covid-19 desde marzo de 2020, según las cifras oficiales.
¿10.000 espectadores?
Sin embargo un grupo de expertos médicos que aconseja al gobierno japonés señaló este viernes que los Juegos a puerta cerrada serían más seguros: «La ausencia de espectadores crearía un menor riesgo en términos de propagación de infecciones al interior de las sedes. Pensamos que sería lo ideal».
Sobre los espectadores, en Tokio el número máximo está en 5.000 personas o el 50% de la capacidad del recinto. Esta regla seguirá en vigor al menos hasta el 11 de julio, incluso aunque el estado de urgencia sanitaria se levanta el domingo.
Tras el 11 de julio el máximo de espectadores ascenderá a 10.000 personas o al 50% de la capacidad del recinto.
La decisión final de los espectadores de los Juegos se espera el lunes, con un límite de 10.000 personas como la opción más probable.
El comité de organización de Tokio 2020 anunció este viernes que había reducido el número de participantes en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos procedentes del extranjero a 53.000, sin contar los cerca de 15.500 atletas.
Esta cifra es muy inferior a las 177.000 personas inicialmente previstas, incluidos oficiales, personas que trabajan para los patrocinadores y periodistas.
AFP