El nombre de George Blake estará siempre vinculado a uno de los capítulos más infames en la historia de la Guerra Fría y, en particular, de la inteligencia británica.
Blake, cuya muerte a los 98 años fue anunciada este sábado por la prensa rusa, fue un agente del servicio secreto británico MI6 que se convirtió en doble agente para la KGB en plena Guerra Fría.
A lo largo de 9 años, entregó a los soviéticos valiosa información revelando la identidad de al menos 40 agentes del MI6 en Europa del Este y, según él mismo dijo, de centenares de espías occidentales.
En 1960 fue descubierto y encarcelado pero seis años más tarde logró escapar a Rusia, donde residió hasta su muerte.
El Servicio de Inteligencia Ruso lo describió este sábado como alguien que «tenía un verdadero amor por nuestro país».
En una nota de condolencia, el presidente Vladimir Putin valoró los «arduos y extenuantes esfuerzos» de Blake en servicio de los soviéticos.
«Hizo una contribución verdaderamente invaluable para asegurar la paridad estratégica y la preservación de la paz en el planeta. Nuestros corazones siempre apreciarán el cálido recuerdo de este hombre legendario«, señaló.
De la resistencia holandesa a la KGB
Blake, cuyo nombre original era George Behar, nació en la ciudad holandesa de Rotterdam el 11 de noviembre de 1922.
Era hijo de un judío español que combatió en las filas del Ejército británico durante la Primera Guerra Mundial y que adquirió la ciudadanía de ese país.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Blake trabajó para la resistencia holandesa, antes de escapar a Gibraltar.
Posteriormente, gracias a su trayectoria y antecedentes, se le propuso unirse al servicio secreto británico, MI6.
En una entrevista con la BBC en 1990, Blake afirmó que estimaba haber traicionado a más de 500 agentes occidentales pero negó que 42 de ellos hubieran perdido la vida como consecuencia de sus acciones.
Su caída se produjo cuando un oficial del servicio secreto polaco, Michael Goleniewski, desertó a Occidente, trayendo consigo a su amante y detalles sobre un doble agente soviético en la inteligencia británica.
Entonces, Blake fue llamado a Londres y arrestado. En un juicio posterior se declaró culpable de cinco cargos de transmisión de información a la Unión Soviética.
En 1961, fue sentenciado a 42 años de cárcel por espiar para los soviéticos pero no cumplió su condena pues logró escapar en 1965.
Créditos: BBC News Mundo.