Madrid. Un carta inédita de 1949 del premio Nobel Albert Einstein analiza las abejas, las aves y la posibilidad de que nuevos principios de la física surjan del estudio de los sentidos de los animales.
Es un punto de vista que aún está en desarrollo dentro de la física, con un creciente cuerpo de investigación y comprensión de cómo las aves y las abejas se orientan al desplazarse.
Ahora, un estudio dirigido por la Universidad RMIT (Instituto Real de Tecnología) en Melbourne, Australia, analiza cómo los recientes descubrimientos en aves migratorias respaldan el pensamiento de Einstein de hace 72 años.
Judith Davys compartió con los investigadores la carta inédita, que el físico alemán dirigió a su difunto esposo, el investigador de radar Glyn Davys.
Adrian Dyer, profesor de RMIT, ha publicado estudios importantes sobre las abejas y es el autor principal del nuevo artículo en torno a la misiva del autor de la teoría de la relatividad, publicado en el Journal of Comparative Physiology A.
Dyer aseguró que la carta muestra cómo Albert Einstein imaginó que los nuevos hallazgos podrían provenir del estudio de los animales.
“Siete décadas después de que propusiera que una nueva física podría provenir de la percepción sensorial de los animales, vemos descubrimientos que impulsan nuestra comprensión sobre la navegación y los principios fundamentales de la física”, señaló en un comunicado.
Reunión con experto en abejas y otros animales
La carta también prueba que Einstein se reunió con el premio Nobel Karl von Frisch, quien fue un destacado investigador sensorial de abejas y otros animales.
En abril de 1949, Von Frisch presentó su investigación sobre cómo las abejas se orientan de manera más efectiva utilizando las pautas de polarización de la luz que se dispersa desde el cielo.
El día después de que el alemán asistió a la conferencia de Von Frisch, los dos investigadores compartieron una reunión privada.
Aunque esta reunión no se documentó formalmente, la carta de Einstein, recientemente descubierta, proporciona información sobre lo que podrían haber hablado.
“Es concebible que la investigación del comportamiento de las aves migratorias y las palomas mensajeras pueda algún día conducir a la comprensión de algún proceso físico que aún no se conoce”, escribió Einstein.
Andrew Greentree, físico teórico de RMIT, sostuvo que el científico de origen judío también sugirió que para que las abejas amplíen nuestro conocimiento de la física, sería necesario observar nuevos tipos de comportamiento.
“Sorprendentemente, a través de sus escritos Einstein previó que los nuevos descubrimientos podrían provenir del estudio de los comportamientos de los animales”, explicó.
A más de 70 años de que el físico enviara su carta, la investigación está revelando los secretos de la orientación de las aves migratorias mientras vuelan miles de kilómetros para llegar a un destino preciso.
En 2008, un estudio sobre zorzales equipados con transmisores de radio mostró, por primera vez, que esas aves usan una forma de brújula magnética como guía principal durante el vuelo.
Una teoría del origen del sentido magnético en las aves es el uso de la aleatoriedad cuántica y el entrelazamiento. Ambos conceptos fueron propuestos por primera vez por Einstein.
Europa Press