Cruz Azul se corona tras una sequía de 23 años

Ciudad de México. Los fantasmas han desaparecido y, al fin, Cruz Azul puede gritar que es campeón.

Al mando de Juan Reynoso, el ayuno de 23 años sin título terminó luego de que se coronó en el torneo Guardianes 2021 de la Liga Mx, tras empatar 1-1 con Santos y vencerlo 2-1 en el marcador global.

El equipo sufrió seis finales desde la última vez que había ganado, en 1997, pero un gol de Jonathan Cabecita Rodríguez (51) quedará en los registros históricos de los celestes al romper la racha sin cetros para festejar en la Liga Mx.

Las burlas y la presión se han terminado, y La Máquina disfruta al fin del noveno título, mientras Reynoso se convirtió en el primero en conseguir un triunfo como jugador y técnico de los cementeros.

En medio de una gresca en la cancha llegó el silbatazo final y desató la locura en el estadio Azteca. El arquero Jesús Corona, quien había sufrido otros tropiezos al pelear un título, sólo pudo gritar emocionado. Juan Reynoso abrazaba al cuerpo técnico, mientras los futbolistas lloraban y festejan por haber terminado con la falta de cetros.

En las gradas también se vivía una mezcla de satisfacción y liberación, pues los seguidores besaban ese escudo por el cual habían pasado tanta angustia.

Desde antes de iniciar el duelo, la afición daba muestra de su fidelidad e ilusión al reunirse en las inmediaciones del estadio Azteca y recibir a La Máquina con banderas y humo azul.

Los celestes salieron a defender la ligera ventaja del primer duelo, pero Santos sorprendió con un tanto de Diego Valdés (36), quien disparó con potencia desde la media luna.

Con la tensión a cuestas, los cementeros despertaron en el complemento y colocaron el gol de la gloria. Yoshimar Yotún envió un centro para que Cabecita Rodríguez rematara a quemarropa y encendiera la euforia en las gradas.

Al término del partido, el presidente Andrés Manuel López Obrador escribió un mensaje al equipo y su afición.

“Felicidades al Cruz Azul, se acabó el embrujo. Abrazos a los de la casa del dolor ajeno”, expresó.

La Jornada