Cuando Billie Eilish llegó a ocupar un lugar en la mesa principal de la música pop, su cabello negro y sus canciones, en las que el concepto de género se difuminaba, hicieron que todos voltearan a verla.
“Me gustaría que la gente me escuchara”, expresó a Vogue hace unos meses. Ese sentimiento representa a sus millones de seguidores de también alrededor de 19 años que quieren llamar la atención. Eilish simboliza el deseo de ser escuchado, lo que es tener sentimientos confusos, la desesperación y el desamor validados más que descartados.
Ahora la cantante es una de las más escuchadas del mundo, según un recuento de The Independent, y está en el punto al que pocos músicos suelen llegar dentro de las mentes de jóvenes, con frecuencia incomprendidas y condescendidas. Eilish parece ser de otro tipo, porque entiende eso; es una de ellas. La chica adolescente ha aterrorizado a la cultura pop conservadora durante décadas.
“La gente subestima el poder de una mente joven para la que todo es nuevo, lo está experimentando por primera vez. Somos ignorados y eso es tonto. Lo sabemos todo”, señaló la cantante a NME en 2019. Esas palabras hacen eco a las de la canadiense Abril Lavigne, una de las grandes influencias de Eilish, quien en 2020 aseguró a The Guardian: “Es difícil ser una mujer y ser escuchada, la gente a veces no te toma en serio”.
Aunque los críticos musicales han sido más amables con Eilish que con Lavigne, también ha sido acusada de ser un “producto de la industria”. En 2019 se vio obligada a responder a una acusación que sostenía que “fingía” su depresión para ganar influencia. Hay cientos de publicaciones en foros dedicados a especular sobre cómo su personalidad fue hecha en un laboratorio.
Eilish también ha sufrido en buena medida el escrutinio de los medios, especialmente por su elección de ropa. Cuando surgió públicamente, la cantante tenía entre 15 y 16 años, y vestía playeras y pantalones de talla más grande que la suya. Entonces, en 2019, Internet se volvió loca por las fotos de un paparazzi que la había captado en Los Ángeles con una blusa sin mangas.
Mientras varios medios de comunicación trataban de avergonzarla, la reacción de Eilish fue tan aguda para los que actuaron como si mostrar algo de piel fuera de alguna manera reveladora. Quería “advertir” a la gente de la probabilidad de que algún día se deshiciera por completo de la ropa holgada. “Voy a ser mujer. Quiero mostrar mi cuerpo. ¿Qué pasa si hago un video en el que quiero parecer deseable? ¡No es porno! Pero sé que sería algo enorme. Sé que la gente diría: ‘He perdido todo respeto por ella’”. Su predicción se hizo realidad en parte este año, cuando sus imágenes de portada de Vogue se dieron a conocer con bombo y platillo, pero también gritos de hipocresía de publicaciones como el Daily Mail, que la acusó de “venderse”.
Nueva “era”
Sin embargo, Eilish rehusó sentirse avergonzada por cómo viste, o el hecho de que podría cambiar de estilo con los años. “De pronto eres una hipócrita si quieres mostrar algo de piel, y eres fácil, una zorra y una prostituta. Si lo soy, entonces estoy orgullosa. Vamos a darle la vuelta y sentirnos empoderadas con eso. Mostrar tu cuerpo y tu piel, o no, no debería quitarte ningún respeto”.
El nuevo look de Eilish sirvió como heraldo para su próxima “era” junto a su segundo álbum Happier Than Ever, que saldrá a finales de mes. Hasta ahora los sencillos que ha lanzado ya han demostrado una mayor variedad respecto de su disco debut, pero continúan dirigiéndose a sus seguidores, principalmente mujeres.
Billie no se parece a ninguna otra estrella pop del momento, pero claramente carga con la antorcha de sus predecesoras. Su álbum llega en un momento en que la situación sobre la tutela de Britney Spears ha alcanzado nuevas alturas. A simple vista existen enormes diferencias entre las cantantes, pero ambas lograron la fama mundial a una increíble edad temprana y ambas han sufrido un doloroso nivel de escrutinio en sus vidas personales, apariencia y autonomía en sus carreras.
Pero, a pesar de tener las posibilidades en su contra, Eilish ha logrado insertarse en una industria que sigue deleitándose al controlar a mujeres jóvenes y sus emociones. Sin embargo, algunos padres, especialmente en Estados Unidos, han generado preocupación por cómo las letras de Eilish exploran temas como la depresión y el suicidio. Es un miedo común, pero mal enfocado, no considera que temas como esos pueden hacer sentir a sus escuchas comprendidos por primera vez.
Principalmente, Eilish se dice a sí misma y a sus seguidores que está bien sentir cosas extremas, sin importar cuántas cejas pueda levantar entre las generaciones más viejas.
Happier Than Ever será lanzado el viernes.
La Jornada