El Banco de México (BdeM) subió este jueves en un cuarto de punto, a 4.25 por ciento, su tasa de interés de referencia, en una acción con la que busca contener presiones inflacionarias. Es la primera vez desde diciembre de 2018 que incrementa el costo del dinero.
La sorpresiva medida (analistas no preveían movimiento) fue toma por mayoría, pues tres miembros de la junta de gobierno del banco central votaron por subir la tasa y dos por mantenerla.
El banco central explicó que el alto nivel de inflación es transitorio, pero los choques que lo han provocado, por su diversidad, magnitud y amplio horizonte, implican un riesgo para la formación de precios.
“Se consideró necesario reforzar la postura monetaria a fin de evitar afectaciones en las expectativas de inflación, así como para lograr un ajuste ordenado de precios relativos y propiciar la convergencia a la meta de 3 por ciento”, apuntó el BdeM.
La tasa de referencia es una herramienta que usa el banco central para impulsar la actividad económica a partir de reducir el costo del financiamiento o para restringirla con el propósito de controlar un alza en la inflación, cuando la aumenta. De esta manera cumple su mandato de preservar el poder adquisitivo de la población.
Así concluyó un ciclo de bajas en la tasa, que comenzó en agosto de 2019 cuando la junta de gobierno la disminuyó en medio punto porcentual para colocarla en 8 por ciento.
Este jueves el BdeM explicó que las cadenas de suministro y los procesos productivos de diversos bienes y servicios siguen afectados por la pandemia, lo que ha ocasionado choques adicionales a los previstos en la inflación general y subyacente, que alcanzaron 6.02 y 4.58 por ciento en la primera quincena de junio, en la variación anual.
“Las expectativas de inflación general y subyacente en 2021 volvieron a aumentar y las de mediano y largo plazos se mantuvieron relativamente estables en niveles superiores a la meta de 3 por ciento.”
En este sentido, el BdeM espera que la inflación general converja a la meta de 3 por ciento en el tercer trimestre de 2022 y no en el segundo.
Además, existen riesgos al alza para la inflación, como mayores precios internacionales, presiones de costos o reasignaciones de gasto, persistencia de la inflación subyacente (excluye bienes y servicios con alta volatilidad), depreciación cambiaría y sequía que presione precios agropecuarios.
En su cuenta de Twitter, Jonathan Heath, subgobernador del BdeM, enfatizó que la postura monetaria que se necesita ahora, con crecimiento de 6 por ciento e inflación al doble del objetivo, no es la misma que la del año pasado, cuando la economía se desplomó 8.5 por ciento y la inflación terminó muy cerca de su objetivo, en 3.15 por ciento.
Para analistas de Monex, la “sorpresiva” decisión del banco central puede marcar el inicio de un ciclo restrictivo que llevaría a la tasa a un nivel de entre 5 y 6 por ciento durante los próximos 12 meses, por lo que prevén varios movimientos entre 2021 y 2022”.
En tanto, para Intercam, la ausencia de consenso entre los miembros de la junta sugiere que la decisión tomada no refleja la postura común del organismo, por tanto, la probabilidad de que se sigan elevando las tasas es baja, lo que lleva a la conclusión de no habrá movimientos en lo que resta de 2021.
Braulio Carbajal / La Jornada