Moscú. Ante la permanente amenaza de intromisión en los asuntos internos de Venezuela, “que es un socio confiable en América Latina y, en general, en el mundo”, Rusia brinda su plena solidaridad al gobierno del presidente Nicolás Maduro y reitera que nadie debe poner en duda el legítimo derecho del pueblo venezolano, como el de cualquier otro pueblo, a “decidir por sí mismo su destino, su propia vía de desarrollo” y, remarcó, “sin la injerencia de nadie”.
Con estas palabras de respaldo recibió este martes el canciller Serguei Lavrov a su homólogo venezolano, Jorge Arreaza, quien agradeció “el apoyo incondicional” de Moscú a Caracas “en estos años de tanta agresión, de tantos ataques y de tantas violaciones al derecho internacional para tratar de forzar un ilegal cambio de gobierno en mi país”.
Lavrov destacó que ambos países “ratificamos nuestro apego al derecho internacional y a la Carta de las Naciones Unidas” y expresó la convicción de que Rusia y Venezuela continuarán impulsando la relación bilateral en los más distintos ámbitos.
El canciller venezolano apuntó que, pese a la pandemia y las restricciones, los nexos entre los dos países “siguen avanzando a una velocidad envidiable” porque “nuestra asociación estratégica es de hermanos y esto lo hemos podido comprobar sobre todo en los tiempos difíciles”.
Agregó que “seguimos avanzando, queremos acelerar aún más y profundizar nuestra relación”.
Sanciones, obstáculo para adquirir vacunas
Antes de reunirse con su colega ruso, al dictar una conferencia en el prestigiado club de debates Valdai, Arreaza abogó por una relación de mutuo respeto con Estados Unidos, pero advirtió que para ello es indispensable que la Administración de Joe Biden abandone su política de sanciones contra Venezuela y, en primer término, debe desbloquear sus cuentas bancarias y devolver los activos venezolanos incautados en otros países.
“Si Estados Unidos quiere hacer negocios con Venezuela, bienvenido”, pero antes tiene que devolver al país latinoamericano las empresas que “le arrebató por la fuerza”, como es el caso de las refinerías y estaciones de servicio en territorio estadunidense de Citgo, filial de la petrolera estatal PDVSA.
Lamentó que, “en plena pandemia”, 6 mil millones de dólares de Venezuela estén bloqueados en bancos del exterior por las sanciones, por lo cual –dijo Arreaza– “no hemos podido comprar vacunas suficientes”.
Explicó que Venezuela tiene problemas para adquirir biológicos incluso del programa COVAX, impulsado por la Organización Mundial de la Salud: “Teníamos que pagar 111 millones de dólares. Pagamos el 96 por ciento, pero el banco suizo UBS bloqueó la última transferencia, de algo así como unos 10 millones de dólares. Al bloquearla, aunque hayamos pagado el 96 por ciento no nos van a enviar ni una sola vacuna, porque es Venezuela”.
Tras agradecer a Rusia y China los biológicos suministrados hasta ahora, Arreaza demandó: “Que nos devuelvan el dinero y compramos las vacunas a Rusia, China, Cuba o a quien quiera venderlas. Ojalá haya una reflexión en ese mecanismo y en ese banco, y podamos comprar las vacunas a través de COVAX, pero por ahora no es la señal que están dando”.
A modo de conclusión se preguntó: “¿Qué esperamos de Joe Biden? –y Arreaza respondió–: Sabemos que quien ocupa el despacho oval (de la Casa Blanca) no toma las decisiones en EU, pero tiene alguna influencia y su equipo, también. Es hora de que (Biden) reflexione, que rectifique, que nos respete, que podamos establecer una relación de respeto mutuo”.
Juan Pablo Duch / La Jornada