La caída de la actividad económica en México se extenderá al primer cuarto de este año. De acuerdo con estimados oportunos que levanta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre enero y marzo la contracción anual será de alrededor de 3.4 por ciento.
El organismo estima que en febrero la actividad económica cayó 3.9 por ciento, las industrias lo hicieron 3.1 por ciento, mientras los servicios se redujeron hasta 4.3 por ciento. Para marzo la baja fue de 2.1 por ciento, con reducciones de 0.9 por ciento en las industrias y de 3.1 por ciento para las actividades terciarias.
De confirmarse un nuevo decrecimiento en el primer trimestre de 2021 –como se perfila–, la economía mexicana acumulará ocho trimestres de caída en cifras originales, la mitad de ellos antes del confinamiento que inició a finales de marzo del año pasado para evitar contagios de Covid-19, y siete con datos desestacionalizados, según la información oficial.
Tras la publicación del Indicador Global de la Actividad Económica (IOAE), Marcos Arias Novelo, analista de Monex, consideró que con los datos hasta ahora reportados por el Inegi se evitaría una contracción respecto al último trimestre de 2020. Incluso, la variación anual implícita para el primer trimestre es superior a la de 3.6 por ciento prevista por los especialistas del sector privado en la última encuesta de Banco de México.
El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) consideró que “la economía mexicana ha entrado en la fase final de la primera etapa de una recesión que comenzó en el segundo semestre de 2018, por el debilitamiento del sector industrial, y que se exacerbó por la aparición del Covid-19”.
Aseguró que a partir de abril se comenzarán a registrar tasas de crecimiento económico que podrían superar 10 por ciento en el segundo trimestre del año y de 5 por ciento en el tercero, pero ante la ausencia de un programa de reactivación económica, esta inercia se podría mantener hasta marzo de 2022.
Hasta ahora, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público prevé un rebote económico de 5.3 por ciento este año.
Dora Villanueva / La Jornada