Nueva York. La Organización Trump, empresa matriz de Donald Trump y su familia, y su ejecutivo más fiel, fueron acusados formalmente de 15 cargos criminales ante el Tribunal Supremo de Nueva York, y aunque el ex presidente no fue acusado personalmente, el caso ahora pone en riesgo su futuro económico y político.
La Organización Trump y su principal ejecutivo financiero Allen Weisselberg –quien ha sido el socio más fiel de la familia durante más de 48 años y que ayer ingresó al tribunal esposado y escoltado por detectives policiacos– fueron acusados de múltiples delitos para manipular y defraudar al fisco en una operación que manejaron a lo largo de 15 años.
Abogados de la empresa y, por separado, abogados de Weisselberg, se declararon “no culpable” ante los cargos formulados por el fiscal distrital de Nueva York, Cyrus Vance Jr, y aprobados por un gran jurado despues de casi tres años de investigación.
Los cargos fueron revelados en el tribunal estatal e incluyen defraudación al fisco por pagos bajo la mesa a empleados de la empresa Trump, entre ellos Weisselberg, beneficios no reportados al fisco incluyendo pagos por departamentos, colegiaturas, autos Mercedes-Benz, fraude fiscal, falsificación de documentos y hasta robo al fisco.
“Para ponerlo en claro, éste fue un esquema amplio y audaz de pagos ilegales”, declaró el fiscal asistente Carey Dunne en la presentación de cargos en el tribunal, y señaló que fue operado y aprobado a los niveles más altos de la empresa.
Las primeras declaraciones de Trump y sus abogados en respuesta a los cargos fueron las esperadas, al tratar de descalificar el caso como un ataque políticamente motivado, táctica ya muy común y conocida del ex presidente y sus asesores.
“La cacería de brujas política por la izquierda radical demócrata, con Nueva York ahora asumiendo la tarea, continúa”, acusó Trump en una declaración. “Está dividiendo a nuestro país como nunca antes”.
Un abogado de la Organización Trump comentó a reporteros que “si el nombre de esta empresa fuera otro, no creo que estos cargos se hubieran presentado”. Una declaración emitida por la empresa sostuvo que los fiscales estaban buscando usar a Weisselberg como “un peón” en el juego para dañar a Trump. “Esto no es justicia; esto es político”.
Weisselberg, después de que escuchó los cargos contra él, fue liberado sin fianza, aunque aparentemente debió entregar su pasaporte al ser considerado un riesgo de fuga. Pasó frente a la masiva presencia de medios y periodistas en las afueras del tribunal sin ofrecer comentario.
Aunque Trump no fue acusado personalmente, esta investigación criminal continúa y los fiscales han dejado en claro que no se puede descartar la formulación de más cargos contra el propio ex presidente, su familia y otros cómplices, y el gran jurado que aprobó estos cargos sigue en funciones hasta noviembre. Si en el futuro Trump es acusado de un delito criminal, sería el primer ex presidente en tener ese honor.
Imperio en riesgo
Analistas señalan que cuando este tipo de cargos son presentados contra una empresa, una consecuencia común es que bancos y otras compañías rompan relaciones con la entidad acusada, algo que podría tener severas implicaciones para el imperio de bienes raíces, hoteles, clubes de golf y más que Trump Organization opera alrededor del mundo.
Cuando Trump ocupó la presidencia, cedió el control cotidiano de su empresa a sus hijos y Weisselberg. Pero muchos de los delitos documentados en los cargos sucedieron antes de su llegada a la Casa Blanca.
Parte de la estrategia de los fiscales en este tipo de casos es obtener la cooperación de subordinados y socios de la empresa o los operadores de negocios, incluso los ilícitos, a veces al ofrecerles inmunidad, o condenas reducidas. Se sabe que los fiscales, encabezados por Vance, han buscado presionar a Weisselberg a voltearse contra su jefe con amenazas de los cargos y posibles condenas de cárcel, así como también contra su hijo, quien es participante en el mosaico empresarial Trump.
Weisselberg, por sus casi cinco décadas de trabajo, primero con el padre de Trump y desde los años 70 con el ahora ex presidente, obviamente sabe todo de la empresa y la familia. Hasta ahora se ha mantenido leal. Pero pronto tendrá que evaluar cuánto está dispuesto a arriesgar, incluyendo posibles condenas de cárcel no sólo para él, sino para su hijo y otros, a fin de escudar a Trump.
Otros, incluido el ex abogado personal de Trump Michael Cohen –quien implicó a Weisselberg en el pago por silencio de dos mujeres que dicen haber tenido relaciones sexuales con Trump– ha estado cooperando con los fiscales después de ser abandonado por su ex jefe y cumplir una condena de cárcel. La ex esposa del hijo de Weisselberg, y otros empleados también están cooperando.
Vale recordar que este no es el único problema legal que enfrenta el ahora ex presidente. Múltiples mujeres continúan promoviendo demandas en su contra por difamación. Su sobrina Mary Trump lo está demandando por fraude de su herencia familiar, y algunos legisladores federales y agentes de la policía del Capitolio también han interpuesto diversas demandas civiles tratando de obligar a que rinda cuentas por su papel en instigar la “insurrección” del 6 de enero, entre otras.
David Brooks, La Jornada