Madrid. Los científicos saben que la Tierra fue bombardeada por enormes asteroides en tiempos lejanos, pero una nueva investigación sugiere que el número de los impactos puede haber sido 10 veces mayor de lo que se pensaba, lo que se traduce en un aluvión de colisiones de escala similar a la del choque del que acabó con los dinosaurios, de media cada 15 millones de años en el periodo comprendido entre hace 2 mil 500 y 3 mil 500 millones de años.
Según este estudio, presentado en la conferencia de geoquímica Goldschmidt, algunos de estos impactos individuales pueden haber sido mucho más grandes, probablemente del tamaño de una ciudad o de una pequeña provincia. Los investigadores también estudian el efecto de las colisiones en la evolución de la química de la superficie del planeta.
Los primeros años de la Tierra fueron inimaginablemente violentos en comparación con los actuales. Los científicos creen que fue golpeada por un número importante de asteroides de gran tamaño (de más de 10 kilómetros de diámetro), lo que habría tenido un efecto significativo en la química de la superficie cercana al planeta y en su capacidad para albergar vida.
El efecto de una sola colisión de este tipo se demostró hace relativamente poco tiempo con el impacto de Chicxulub hace 66 millones de años, que provocó la extinción de los dinosaurios. Sin embargo, la Tierra primitiva era muy diferente a la actual en el momento del choque, y también lo eran los efectos de las colisiones.
En la Luna y en otros planetas rocosos pueden verse cráteres de colisiones similares, pero la meteorización atmosférica y la tectónica de placas han tendido a enmascarar cualquier evidencia directa en la Tierra.
Sin embargo, los ecos de esos impactos lejanos pueden verse en la presencia de “esférulas” encontradas en rocas antiguas; los enormes choques arrojaron partículas y vapores fundidos que luego se enfriaron y cayeron a la Tierra para incrustarse en la roca como pequeñas partículas vidriosas esféricas. Cuanto mayor fuera la colisión, más se habrían esparcido esas partículas, por lo que la distribución global de una gruesa capa de esférulas muestra un impacto enorme.
Simone Marchi, del Instituto de Investigación del Suroeste, en Colorado, Estados Unidos, explicó que desarrollaron “un nuevo modelo de flujo de impacto y lo hemos comparado con un análisis estadístico de los datos de la antigua capa de esférulas. Con este enfoque, descubrimos que los modelos actuales de los primeros bombardeos a la Tierra subestiman gravemente el número de impactos conocidos, como lo registran esas partículas”.
Añadió que “el verdadero flujo de impactos podría haber sido hasta un factor 10 veces mayor de lo que se pensaba en el periodo mencionado”.
Esto significa que en ese periodo inicial, probablemente fuimos golpeados por un asteroide del tamaño del que cayó en Chicxulub en promedio cada 15 millones de años. Todo un espectáculo”, subrayó.
“A medida que profundizamos en nuestra comprensión de la Tierra primitiva, descubrimos que las colisiones cósmicas son como el proverbial elefante en la habitación. A menudo se descuidan, ya que carecemos de un conocimiento detallado de su número y magnitud, pero es probable que esos eventos energéticos alteraran fundamentalmente la superficie de la Tierra y la evolución atmosférica”, sostuvo.
Por ejemplo, uno de los puntos que se estudian es intentar comprender si esos impactos pueden haber afectado a la evolución del oxígeno atmosférico.
Europa Press