Moscú. Por primera vez en sus treinta años de vida independiente, la república ex soviética de Moldavia tendrá presidenta, gobierno y mayoría en el Parlamento sin contrapesos de ningún tipo, de acuerdo con los resultados de las legislativas anticipadas del domingo anterior.
La presidenta moldava, Maia Sandu, obtuvo –a reserva de que lo confirmen los resultados definitivos que se darán a conocer dentro de unos días–, una victoria abrumadora para sacar adelante su propuesta de integración con la Unión Europea.
El partido liberal de Sandu, Acción y Solidaridad (PAS, por sus siglas en moldavo), tendrá 63 diputados de los 101 que forman parte del Parlamento unicameral moldavo, con lo cual podrá nombrar primer ministro y gabinete sin tener que negociar con otras fuerzas políticas, así como aprobar las reformas y programas que quiera, aunque sin estar en condiciones de modificar por sí solo la Constitución, para lo cual requiere dos tercios de los legisladores.
La coalición de socialistas y comunistas, que promueve como programa un mayor acercamiento con Rusia y cuyos líderes son los ex presidentes Igor Dodon y Vladimir Voronin, derrotado el primero por Sandu en los comicios de fines del año anterior, será está vez minoría en el Parlamento con 32 escaños y las restantes 6 curules estarán ocupadas por el partido conservador Shor, del empresario Ilan Shor, exiliado presumiblemente en Israel tras ser acusado de un presunto desfalco millonario al Banco de Moldavia.
El partido de los llamados unionistas, que pugnan como meta principal por la reunificación con Rumania, no consiguió respaldo en la sociedad y, al no poder alcanzar el 5 por ciento del voto, carecerá de representación parlamentaria, aunque –puesto a elegir entre a quién apoyar– se identifica más con Sandu.
Las regiones separatistas de Transdniester y Gagauzia, que formalmente forman parte de Moldavia pero no reconocen el gobierno de Chisinau, votaron más por la opción ofrecida por la coalición de socialistas y comunistas, pero en esta ocasión su preferencia electoral no influyó en equilibrar los resultados.
Rusia, cuya presencia militar juega un papel determinante en Transdniester y no ocultaba su preferencia por Dodon y Voronin, declaró a través de su cancillería que “respeta los resultados de la elecciones en Moldavia, confía en que estos podrán contribuir a la concordia interétnica en la sociedad moldava y está dispuesta a impulsar la cooperación en todos los ámbitos con los nuevos Parlamento y gobierno de Moldavia”.
Juan Pablo Duch, La Jornada