Buenos Aires., La juez de los Comercial Marta Cirulli decretó ayer la quiebra del Correo Argentino SA, del Grupo Macri, después de que fracasó un proceso de salvataje que comenzó en 2001, cuando se abrió un concurso de acreedores, registrándose que se había dejado de pagar desde hacía años un millonario canon que les correspondía por su explotación, lo que le fue adjudicado mediante una concesión en el gobierno de Carlos Menem (1989-1999), cuando privatizó muchas empresas del Estado.
Las propuestas realizadas por SOCMA SA, la empresa de la familia del ex presidente Mauricio Macri en el caso del Correo no se ajustaban a los requerimientos de los acreedores, sostiene la juez.
La empresa ofreció poco más de mil millones de pesos (9.9 millones de dólares al cambio actual), pero el Estado señala que la deuda real supera los 5 mil millones de pesos (49 millones de dólares) debido a la actualización de los fondos.
“En todo ese tiempo variaron sensiblemente los indicadores económicos y sobrevinieron sucesivas devaluaciones de nuestro signo monetario con gran pérdida del valor adquisitivo, lo cual es de conocimiento público. En esa situación, no podría razonablemente suponerse que aquellos acreedores Categoría C aceptarían ahora la llamada mejora de propuesta, tratándose de créditos devengados hace dos décadas”, sostuvo la magistrada.
Cuando Macri gobernó, el Estado aceptó (autoaceptó) una oferta de la empresa de su familia para pagar la deuda en 15 cuotas, pero en esos momentos la fiscal de la Cámara Comercial Gabriela Boquín determinó que era ruinoso para las arcas del Estado.
Antes de conocer la decisión judicial, Macri, quien viajó a Europa con su esposa y su hija Antonia para presentar un libro de su autoría en España y Suiza, se consideró un “perseguido político”, y también dijo que existe una “venganza política” contra él y sus hijos.
Ante estas declaraciones, el ministro de Justicia, Martín Soria, declaró en entrevista para Página /12 que “el ex presidente se victimiza porque se conocieron en las últimas semanas las reuniones secretas en Casa Rosada entre Macri, los prestanombres de sus empresas, sus abogados personales y los jueces que intervinieron o intentan intervenir en la causa de la estafa del Correo. Encuentros para garantizar que las empresas de Macri no paguen sus deudas con el Estado”.
Soria sostuvo que lo más grave de estas reuniones es que también participó el procurador interino, Eduardo Casal, “quien permitió al entonces presidente garantizar su insólita desvinculación en la causa penal donde se investiga la estafa del Correo”, y añadió: “que Mauricio Macri es un cínico no es ninguna novedad. Tampoco su tendencia a contraer deudas de un lado y otro del mostrador, pero que siempre terminan perjudicando a todos los argentinos. Lo que sí es novedoso es este burdo intento de victimizarse”.
Stella Calloni, La Jornada